Una transfusión es un procedimiento médico relativamente sencillo que utilizan los médicos para reponer las pérdidas de sangre, o de cualquier parte de la sangre, como los glóbulos rojos o las plaquetas. Las transfusiones se suelen administrar a través de una línea intravenosa. El procedimiento completo suele durar aproximadamente de dos a cuatro horas, dependiendo de la cantidad de sangre que se necesite.