El hierro parenteral (el término parenteral hace referencia a la vía de administración de los fármacos. Esto es, atravesando una o más capas de la piel o de las membranas mucosas mediante una inyección) ha sido utilizado con éxito desde los años cincuenta para tratar la anemia asociada con la insuficiencia renal crónica. Este estudio evaluó la eficacia y la seguridad del hierro sacarato en pacientes que no toleraban el hierro oral.