El endoscopio es una herramienta que está compuesta por tres elementos principales que son un tubo de gran flexibilidad que lleva incorporada una cámara y una luz para poder ver, desde el exterior, todo el recorrido de las cavidades internas del paciente. Para poder moverse por dichas cavidades, se introduce por alguna de las aberturas naturales del paciente, como la boca o el recto. Una vez introducido, se irá desplazando de forma manual ya sea con el objetivo de realizar un estudio de toda la parte alta o baja del tubo digestivo, o con el cometido de llegar a un punto específico en el que se prevé puede localizarse las causas de las molestias que padece el paciente.