Los bifosfonatos limitan la actividad de ciertas células óseas, denominadas “osteoclastos”, que contribuyen al debilitamiento y deterioro óseo. Constituyen en la actualidad un grupo de fármacos de la máxima utilidad en el campo de las enfermedades metabólicas óseas. En las últimas décadas se ha confirmado su utilidad en el tratamiento de la enfermedad de Paget, el mieloma, las hipercalcemias tumorales y las osteoporosis.